Solamente el paseo en el barco ya merece la pena, independientemente de ver o no cetáceos. Tuvimos la suerte de ver calderones y tortugas y es impresionante.
Luego tuvimos media hora de baño en el mar, lleno de peces y con un mar perfecto para bucear.
El capitán, Isra, atento a todo y a todos nos hizo muy entretenido el viaje.