El barco pequeño pero en perfecto estado. El patrón, un encanto. Atento en todo momento y muy simpático. Nos puso unos aperitivos y un agua. El viaje, a pesar de que el mar estaba algo alterado, fue muy satisfactorio y pudimos hacer padel surf en el agua durante 1h. La experiencia, para repetir, la verdad. Nos encantó Roberto Bolla y su barco.