Aless, nuestro guía, estuvo genial durante todo el trayecto. Tuvimos la suerte de ser pocos los que hablábamos español así que la explicación fue "in situ" en el caminito. Me gustó que pudiéramos ir a nuestro ritmo, sin prisas, ya que el guía iba detrás siempre. El recorrido espectacular. Lo más increíble es el último tramo que es el más alto y el que puede dar más vértigo pero, en general, se puede hacer sin problema. Fueron puntuales y regresamos a eso de las 16h de la tarde. Repetiría la excursión sin ninguna duda. ¡Nos encantó!